Asegúrate de que el recibidor esté limpio y ordenado.

Retira cualquier objeto personal que pueda distraer la atención.

Agrega elementos decorativos sutiles, como un jarrón de flores frescas o un espejo elegante.

Asegúrate de que la iluminación sea cálida y acogedora.

Organiza los muebles de manera que el espacio se vea amplio y despejado.

Limpia y despeja todas las superficies de la cocina.

Organiza los utensilios y electrodomésticos de manera ordenada.

Ilumina la cocina adecuadamente para resaltar los detalles y los acabados.

Retira imanes y elementos decorativos de la nevera para una apariencia más limpia.

Añade detalles sutiles, como una canasta de frutas frescas o una planta pequeña.

Asegúrate de que el espacio esté limpio y libre de desorden.

Acomoda los muebles de forma que la disposición sea acogedora y facilite la circulación.

Abre las cortinas o persianas para aprovechar al máximo la luz natural.

Añade cojines y mantas a los sofás para crear un ambiente acogedor.

Asegúrate de que la decoración sea neutral y atractiva para una amplia audiencia.

Realiza la cama y alísala cuidadosamente.

Retira cualquier desorden visible, como ropa o zapatos.

Ilumina el espacio con lámparas de luz suave para crear una atmósfera relajante.

Añade toques de color y texturas sutiles con cojines o una manta decorativa.

Asegúrate de que las cortinas o persianas estén abiertas para permitir la entrada de luz natural.

Limpia a fondo todas las superficies, incluyendo azulejos, espejos y grifería.

Retira productos de higiene personal y otros objetos personales.

Añade toallas nuevas y coordinadas para un aspecto fresco y limpio.

Asegúrate de que la iluminación sea brillante y nítida.

Coloca algunos accesorios de baño elegantes, como un juego de dispensadores de jabón a juego o una planta pequeña.